Pararse es morir. El tiempo no para. Nuestro cuerpo, nuestro corazón no para. La falta de movimiento es la falta de vida. Y fluir por la vida, es vivirla intensamente, sentir plenamente todo lo que somos, sentir que nuestra vida tiene un sentido, un objetivo más grande que el propio fluir, una influencia en la vida misma, una aportación, como cada gota aporta al río y crea su corriente.
Fluir, sentir, gozar, estar plenamente en quienes somos y estar plenamente con lo que nos rodea.
- «No podemos bañarnos dos veces en el mismo río porque sus aguas siempre se renuevan»
(Heráclito, 540-480 a. C.)